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jueves, 18 de diciembre de 2014

Camps, V. (2003) Teoría y práctica de la ética en el siglo XXI


La vinculación entre la teoría ética y la práctica moral es uno de los problemas recurrentes de la filosofía moral, más acuciante en el escenario producido por el liberalismo económico, moral y político. Los tres apartados en que se divide el artículo se refieren a tres cuestiones que, a juicio de la autora, causan desconfianza y escepticismo con respecto a la teoría ética contemporánea. 
[...]
1. El primero de ellos tiene que ver con el rechazo de lo que podríamos denominar una moralidad pública, que hasta hace poco permaneció vinculada a una religión o a una ideología determinadas (y en algunos lugares sigue estándolo, allí precisamente donde el liberalismo brilla por su ausencia). De tal rechazo deriva una deficiente articulación de los derechos y obligaciones morales en torno al uso de la libertad. Una libertad que ha
acabado siendo pura libertad negativa y que conduce asimismo a separar radicalmente los deberes de la justicia —universalizables— y el ideal de la felicidad o de la vida buena —que es particular. 
2. El segundo problema es el de la falta de motivación moral, que aun- que es endémica y siempre ha merecido la atención de los filósofos, parece ir en aumento a medida que se extienden la sociedad de consumo y los valores económicos y estrictamente hedonistas. El escepticismo moral crece y, en muchos casos, tal crecimiento se quiere explicar por la pérdida de un fundamento religioso o trascendente para la moral. Desde dicho escepticismo, parece difícil o imposible que el individuo pueda forjarse una identidad moral mínimamente fuerte y sólida. 
3. Finalmente, y puesto que los dos problemas anteriores tienen que ver con el hecho de que la secularización de la moral no se ha logrado del todo y, si se ha logrado, ha sido a costa de unas deficiencias para las que no se encuentra remedio, el tercer problema que me propongo abordar es el del fanatismo o los fundamentalismos. No puede decirse que el fanatismo sea una actitud inmoral, sino que tal vez es la respuesta a una desmoralización imparable. Puesto que las consecuencias del fanatismo nos están afectando tanto a todos, pienso que la filosofía moral no puede eludir el enfrentarse a sus raíces y consecuencias. 
[...]

Tomado de: Camps, Victoria Teoría y práctica de la ética en el siglo XXI (Undécimas Conferencias Aranguren, 2002). ISEGORÍA/28 (2003) pp. 115-142.


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